WP-CLI te deja gestionar la web por terminal: actualizar plugins, buscar-reemplazar en BD o crear usuarios de forma scriptable. Es perfecto para tareas repetitivas y entornos profesionales.
Combínalo con GitHub Actions para tests, build y despliegue continuo. Con cada push validas, generas artefactos y actualizas staging/producción sin pasos manuales.
Usar WordPress como CMS y entregar el front con React/Next permite sitios muy rápidos y escalables. Consumes contenido vía REST API o GraphQL y controlas el renderizado en el cliente o servidor.
Es ideal para proyectos multicanal o apps que requieren componentes UI avanzados. Exige arquitectura, autenticación segura y despliegues bien orquestados.
Sube imágenes con las dimensiones justas y comprímelas antes de WordPress. Complementa con un plugin que genere formatos modernos (WebP/AVIF) y lazy-load para diferir la carga.
Nombra los archivos de forma descriptiva y añade texto alternativo. Ganarás velocidad, SEO y una experiencia más fluida en móvil.
Un tema hijo hereda el diseño del tema padre y te permite modificar estilos o funciones sin perder cambios al actualizar. Solo necesitas una carpeta, un style.css con cabecera y, si hace falta, un functions.php.
Empieza con pequeños ajustes: tipografías, colores y plantillas específicas. Documenta cada cambio y versiona para poder volver atrás si algo falla.
Un buen tema debe ser rápido, accesible y compatible con el editor de bloques. Revisa que tenga actualizaciones recientes, buenas valoraciones y documentación clara.
Prueba en staging o con “Vista previa”, mide con PageSpeed y evita temas “todo en uno” cargados de scripts que no usarás.
Las páginas se usan para contenido fijo (Inicio, Sobre mí, Contacto) y no llevan fecha ni categorías. Las entradas son artículos del blog: se ordenan por fecha, aceptan categorías/etiquetas y alimentan el RSS.
Elegir bien te ahorra líos: la información corporativa va en páginas; las novedades, tutoriales o noticias, en entradas. Así mantienes tu sitio limpio y fácil de navegar.